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Tradición

En el Desierto de la Candelaria se vive un ambiente donde los miembros de la comunidad religiosa muestran, junto con distintas destrezas manuales, aplicadas al levantar el convento, el cultivo de su dimensión transcendental.

Independientemente de tener los mismos criterios de valoración de la espiritualidad, de las creencias y de las expectativas de vida, el convento del Desierto de la Candelaria, responde a unos ideales de vida, que tiene como consecuencia un trabajo personal y comunitario, que se desprende de la fe en un Creador. Quien era admitido en el convento, aportaba su proyecto de vida y defendía la herencia de los demás, que pretendieron algo similar antes que él.

Cada piedra levantada en el Desierto de la Candelaria responde a un ideal; al mirar la estructura y las imágenes del convento, se evidencian los aglomerados y troncos de madera ubicadas con mayor o menor gusto, construidos con algo de conocimiento práctico, que el visitador del fondo digital podrá detallar, ayudado con algunos comentarios que dan cuenta del trasfondo histórico del Convento.

 

La interpretación de las imágenes nutre la imaginación de los visitantes e interesados en el tema, bien porque les rememora experiencias personales pasadas, bien por interés en el tema artístico histórico o arquitectónico, bien porque logra una conexión transcendente. La fe y las experiencias espirituales no se fotografían, pero sí las obras que salen de ellas.

No es de extrañar que las habilidades culturales se heredan en las familias, creando marcas, las cuáles, aún distanciadas por el tiempo, parecieran que son las mismas por el cuidado que se tiene en su elaboración. Junto a los clanes nacidos por lazos familiares, se encuentran otros grupos más amplios, que guardan la herencia cultural y artística del pasado y es lo que sucede en muchos conventos, como lo es el Desierto de la Candelaria, el cual, luego de más de 400 años, sigue en pie con la finalidad inicial de proporcionar un espacio para la dedicación a la dimensión espiritual. 

 

Cada individuo proyecta una imagen hacia los demás, que lo distingue, así también, comunidades más amplias son identificadas por proyectar una serie de imágenes culturales particulares, como las que proyecta el Desierto de la Candelaria. Las imágenes fotográficas tienen la ventaja de mostrar la realidad, de sintetizarla de un solo golpe de vista con la posibilidad de verse una y otra vez, centrando la atención en los puntos que quieran profundizarse.

Creado por Julián Hincapié López 26/4/2025

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